22 agosto, 2015

Criticando a una amiga.

Cuando vamos a bañarnos a los distintos charcos que hay perdidos por la sierra tengo una amiga que siempre les estropea el baño a aquellos que han ido allí a bañarse con su perro.
“Por favor, no metas en el agua al perro en el lugar donde se bañan las personas”. Es muy asertiva, lo dice de muy buenas maneras y solo algunas veces se ha encontrado gente mal educada que la ha mandado al guano.

Lo gracioso es que desde hace unos meses tiene una gata a la que deja salir por toda la urbanización y que pasea a sus anchas tanto por la zona común como por los jardines particulares. ¿Su gata tiene derecho a sentarse en la tumbona que cualquier vecino tiene en su jardín pero otros tienen que sacar al perro del agua de un charco perdido en la sierra porque se va a bañar ella?

Se lo he dicho, pero parece no querer entender. Las obligaciones de los otros son siempre más claras que las de uno. 

Por cierto, su gata tiene un nombre de rancio abolengo. Se llama Khaleesi, la princesa de juego de tronos. Se ha hecho amiga de mi gato, que como está esterilizado, es como si se hubiera echado un amigo mariquita.

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