23 agosto, 2015

Apología de un libro de autoayuda.

Joselu rechazaba en un comentario a esta entrada los libros de autoayuda, que  son omnipresentes en la actualidad. Tras su éxito lo que se percibe es una preocupación ética, por eso hoy se reedita a Séneca y Marco Aurelio como manuales de autoayuda. Con esto no digo que sean buenos, lo que digo es que la gente quiere saber cómo ser feliz. La preocupación por la felicidad fue tradicionalmente un tema de la filosofía. Otro asunto es si lo consejos que dan son buenos o no.

El error de fondo de la mayoría de estos libros es confundir “sentirse feliz” con “sentirse realmente feliz”. Y se conforman con lo primero.


Joselu dice que le repele que alguien le diga cómo ha de vivir, cómo ha de sentir. 

Yo soy más humilde. Soy una persona depresiva y ansiosa. Posiblemente eso tenga un componente genético inevitable, pero no está dicho que todo sea "mi naturaleza". Determinadas conductas y modos de pensar pueden favorecer esta enfermedad o aliviarla. Lo que quiero es descubrir cuáles son esas conductas e intentar evitarlas. Y no me importa si eso lo aprendo de un libro. Otro problema es que los consejos que dan estos libros sean embustes y basura. Pero eso no los invalida a todos en bloque. Habrá que juzgar a cada uno en lo que valga. El poder del ahora no es malo.

A mi me parece obvio que una persona ansiosa y depresiva no sabe vivir bien. Pero aún puede cometer otro error. Pensar que nadie puede enseñarle a vivir.

2 comentarios:

  1. Me he pasado una buena parte de mi vida intentándome comprender y he buscado pautas de vida, reflexiones sobre lo que significa vivir y cómo hacerlo pero cuando lo hacía lo abordaba desde la literatura, la buena literatura. Recuerdo que subrayaba con vehemencia todo lo que hiciera referencia a algo de lo que consideraba similar a mi vida, incluida la ciencia ficción. Creo que la buena literatura es el espacio mejor de autoayuda que existe. Todo autor, o casi todo, reflexiona en alguna manera sobre qué significa vivir y cómo hacerlo, sin intentar dar pistas o soluciones a nadie.

    En otra etapa llegué al pensamiento oriental y en concreto al zen, práctica que estuve haciendo varios años, y a la que quiero volver en algún momento. Tus apuntes de tu último libro, "El poder del ahora" son una esquematización de la práctica del zen y no me suponen ninguna novedad. No es sencillo decir voy a vivir el ahora, el aquí y ahora, y hacerlo. Para eso es la meditación zen en que se experimenta dicha sensación, tal vez.

    Por supuesto que yo no soy nadie para decir qué se debe leer o no. Solo puedo expresar mi lejanía de esos libros de vulgarización del pensamiento oriental y que son pastillas de ayuda para el atribulado hombre del siglo XXI. Lo que expresan no es que sea inexacto, sin duda es muy positivo y no es nada malo. Es la fórmula lo que me aleja de ellos. No hay intuiciones profundas detrás de ellos sino un abalanzarse sobre el pensamiento oriental para hacerlo digerible y fácil para el hombre occidental.

    No tengo fórmulas de ningún tipo. A veces disfruto del aquí y el ahora, como en este momento en que te escribo y otros momentos en que me escapo del presente. Mi forma de vivir es mía para bien y para mal. Eso y mi dosis antidepresiva diaria que me ayuda a vivir, unos días bien y otros días no tan bien.

    Pero si a ti "El poder del ahora" te ayuda, sin duda será muy bueno para ti.

    Un abrazo.

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    1. También yo creo que la literatura es un buen lugar para el autoconocimiento. La buena literatura.
      En todo caso me sorprende esa aversión tuya por los consejos. Como si fuera deseable no "intentar dar pistas o soluciones a nadie". Lo malo no es que alguien te intente aconsejar (interpreto que tú eso lo rechazas) lel problema es que sepa.
      No rechazo que me aconsejen, si el consejo es bueno. Y no me parece mal que alguien intente enseñar cómo vivir. Lo que le pido es que realmente sepa. Y desde luego eso no es fácil.

      En último término cada uno es el que, en todo momento, decide seguir o no lo que pretenden enseñarle. Hasta la persona que sigue fielmente el ejemplo de alguien puede cuando quiera desobedecer.

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