10 junio, 2015

El pudor no entra en la ecuación. (Frase tomada de una entrevista en el ABC)

 Me retaba Joselu a contar mis fantasías sexuales. “Sé que no lo harás”. Un viejo truco para que me pique y le lleve la contraria. De acuerdo, entro al trapo, pero va a resultar decepcionante. Hay poco que contar.

El año que estudié Sexualidad en la Universidad decían que las fantasías eróticas de las mujeres eran más románticas que las de los hombres. Ellas podían imaginar relaciones sexuales pero las arropaban con una escena amorosa. “Estamos en un chalet con la chimenea encendida. Tras la cena tomamos champán y él me dice lo mucho que me echa de menos cuando no estoy a su lado.”

Parece que los varones no necesitamos estos preliminares. Imaginamos la escena sexual concreta sin necesitar una historia. Si esto es cierto, yo no me salgo de la norma. Voy al grano, sin más.

Mis fantasías no son nada retorcidas. Imagino que tengo relaciones con otras mujeres. Nada más. No necesito cosas raras, ni extrañas posturas, ni ropas especiales, ni prácticas inusuales.
Son fantasías porque son con otras mujeres, pero nada especial. No son nada elaboradas, ni se prolongan en el tiempo. Tampoco son escenas que se puedan describir en detalle, paso a paso, como si fueran una película porno. Son imágenes femeninas instantáneas.


Debe ser que estoy viejo, pero en este blog he hablado mucho de mujeres. 



2 comentarios:

  1. Jajajajaja, está claro que soy un lector bisoño y no había leído las entradas que enlazas y que dan buena cuenta de tus fantasías. Pido humildemente disculpas, pero me gusta tener feed back con la persona que comento y no hallé otra forma de conseguirlo que retándote. A medida de que te leo voy profundizando en tu perfil que no deja de ser común, sin estridencias, con las contradicciones de un hombre de su tiempo y de su edad, sin especiales imágenes -las llamas- retorcidas.

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  2. Nunca he escrito sobre mi sentido del erotismo en el blog. Es un tema que no abordo de ninguna manera ni hablo con ningún amigo. Mi pudor me lo impide.

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