Conseguir estar sereno.
Estoy intentando una nueva manera de controlar mis sentimientos. Consiste en lo siguiente.
Normalmente tenemos muchos objetivos
cotidianos que queremos conseguir. Cuando no lo hacemos nos sentimos frustrados
y sufrimos. No solo se producen las consecuencias negativas de no lograrlo sino
que además perdemos la paz por ese motivo.
El cambio consiste en lo siguiente. Tengo que convencerme de
que tengo un objetivo: estar sereno. Puede que otros objetivos no se consigan
pero mi objetivo prioritario es estar tranquilo. De manera que cuando una cosa
se tuerce y no sale como esperaba, pienso en mi objetivo prioritario. No
alterarme. No disgustarme. ¿Es tan grave lo sucedido como para quitarme la paz?
¿De qué sirve que la pierda? ¿Qué gano envenenándome la sangre? ¿No añado, con mi
disgusto, un mal mayor que el que ya ha sucedido?
De momento ha funcionado algunos días.
Tal vez el estoicismo sea un buen consejo para no caer en broncas e histerismos cotidianos. Pero es muy fácil decirlo y muy difícil conseguirlo.
ResponderEliminarUn cabreo de vez en cuando (solo de vez en cuando) no va mal. Pero lo ideal sería controlar las frustaciones, de eso no cabe duda.
Un saludo.