Motivos para ser Director
Un padre se extraña en el Consejo Escolar de que ningún
profesor del centro haya presentado su candidatura a director. El anterior no
se presenta a la reelección. Cree ver en ello una muestra de desinterés y falta
de implicación en el Instituto por parte del profesorado.
Cargos son cargas, le digo y con cierta crudeza le explico las
muchas motivaciones que puede tener alguien para ser director y cuales
faltan en nuestro centro.
Una puede ser el dinero, un director gana más, pero en las
casas de muchos docentes entran dos sueldos y no hace falta más dinero.
Otra pueden ser los puntos para el traslado. Esta es una
motivación muy fuerte en los centros de los pueblos, pero no aquí.
En nuestro centro se da una circunstancia, a muchos
compañeros les faltan pocos años para jubilarse (al 50% tres años según informa
el director). Mucha gente se está ya despidiendo. Nadie se mete en un lío
semejante si no va a poder rentabilizar (al menos ocho años) el gran esfuerzo
inicial que supone poner en marcha un proyecto.
Otra puede ser la propia vanidad. Decir que eres Director
mola más que decir que eres solo profesor.
Otra puede ser huir de las clases, puede gustarte más el
trabajo de directivo que tu propio trabajo como docente.
Otra puede ser, no solo ganar un dinero extra sino
consolidar el sueldo de Director estando determinado número de años en la dirección.
También le digo que habrá gente que quiera ser director por
motivos más altruistas que los mencionados más arriba. Porque tiene un gran
plan para el Instituto y le gusta liderar proyectos y prestar ese servicio a los
demás, etc, etc, etc. Mejor dicho, seguro que en muchos candidatos conviven
varias motivaciones, unas menos egoístas que otras.
En todo caso, se ve que en nuestro centro las motivaciones egoístas
faltan y las otras, si las hay, no son tan grandes como para meter a alguien en
ese lío.
Para ser director hay que tener un temple especial, una predisposición muy clara, un savoir faire muy determinado. Yo nunca he reunido semejantes cualidades y nadie, lo que es nadie, jamás ha pensado en mí como director. Hay gente a que le gusta esa dignidad y cargo/carga. Nosotros tenemos uno, felizmente se jubila este año, que ha sido director durante trece años. Es la incompetencia en persona, nepotista, manipulador, torpe y grosero, amenazador, y, sobre todo, ignorante en grado alto. Pero no había nadie que quisiera ser alternativa a él y en ese sentido las críticas eran siempre atemperadas. Le gustaba ser director más que a un tonto un lápiz que se decía aunque me temo que es políticamente incorrecto. Disfruta pudiéndonos echar la bronca a cincuenta profesores, y teniendo a buena parte del claustro bajo su férula porque dependen de él (interinos, profes en expectativa de destino, sustitutos...) Me temo que a ti no te atrae mucho eso de se director. Tal vez tanto como a mí. O sea, nada. Hay que tener una gran capacidad de que los asuntos no te afecten demasiado por la gran complejidad que conlleva serlo, complejidad humana y burocrática. Será que me falta ambición. Pues será eso.
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