DOS LIBROS INDISPENSABLES
Aunque con mucho retraso quiero escribir sobre los libros de Aurelio Arteta.
Lo que más me gusta y al tiempo más me fastidia es que
Arteta escribe contra mí. Escribe contra muchas de mis estúpidas ideas. Perdón,
voy a corregir. Arteta escribe contra mi modo de ver la vida, contra el podrido modo
de vida del hombre común, o mejor dicho, contra las estúpidas ideas que el
hombre común necesita defender para seguir viviendo como vive.
Disfruto porque me gusta descubrir cuando una idea es estúpida. Y me llena de tristeza porque no quiero cambiar mi cómodo modo de vida. Porque me produciría horror estar contra la mayoría, contra la masa. Porque prefiero ser cómplice de un mundo injusto con tal de que no tener que ponerme en contra de todos.
Disfruto porque me gusta descubrir cuando una idea es estúpida. Y me llena de tristeza porque no quiero cambiar mi cómodo modo de vida. Porque me produciría horror estar contra la mayoría, contra la masa. Porque prefiero ser cómplice de un mundo injusto con tal de que no tener que ponerme en contra de todos.
Arteta tiene un modo de pensar revolucionario. Él cree que
existe la verdad. Cree que hay argumentos mejores que otros y que debemos
discutirlos para que brillen los mejores y mostrar la fragilidad de los peores. Ya sé que esto puede sonar conocido, pero
nadie hoy en día quiere el debate y Arteta nos va mostrando paso a paso esa actitud. “Todo es muy complejo” y “que cada uno
piense como quiera”. Yo nunca he sido partidario del relativismo pero con estos
libros me he dado cuenta de hasta qué punto el relativismo se esconde por todas partes y echa raíces y asoma con mil máscaras en lugares donde nunca pensaste que pudiera llegar.
Yo he medio leído el primero. Digo medio leído porque a la mitad del libro empecé a leer en diagonal porque ya no podía más. Admito que los argumentos son buenos, y además la temática me interesa porque no soporto precisamente esos tópicos que todo el mundo usa por pereza mental o simplemente por estupidez pero que no superan un análisis ni de dos segundos.
ResponderEliminarPero el estilo es tan farragoso, denso y repetitivo que sinceramente se me hizo insoportable, un auténtico tostón. Sobre todo porque alarga y alarga los argumentos que en realidad se podrían exponer en una página y punto.
Una pena, porque como digo los argumentos merecen leerse.