20 agosto, 2007

JULIO Y AGOSTO. DIFERENCIAS

Agosto está siendo para mi completamente diferente a Julio.

En Julio era consciente de tener vacaciones, contaba los días, sentía la inquietud de que debía aprovecharlos y leía bastante. Todo eso ha desaparecido en Agosto. El ocio se ha convertido en moneda corriente y al no tener ninguna tarea programada ni ningún objetivo concreto que cumplir me he abandonado a la improvisación y los días se ido yendo ocupados en fruslerías, cuando no viendo algún DVD.

Quizás la soledad me mantenía más alerta. Recordáis que durante el primer mes Pilar pasaba muchos días en Salamanca.

También la preocupación por Héctor era mayor el mes pasado. Sus exámenes futuros teñía todo de un cierto “desasosiego” que me estimulaba para “hacer cosas”. El “pressing” que mantenía sobre él ha ido haciéndose menos severo con el paso de las semanas. No estoy seguro de saber la razón (Freud, cabrón). He visto que él se ha hecho responsable de su trabajo pero además me he ido cansando cada vez más de “vigilar”. El día que me dijo que se iba a hacer su propio resumen de “Los Reyes Católicos”, y ni siquiera miró el mío, porque dijo que aprendía más haciéndolo él fue el punto de inflexión. Supongo que su iniciativa es positiva aunque no pongo la mano en el fuego por los resultados.

Mantener el blog durante Julio también me creó cierta tensión llamémosla “intelectual”. A todas horas pensaba qué cosas podía “subir” al día siguiente y mantenía siempre varios “post” posibles iniciados como proyectos abiertos al futuro. El día que tomé la decisión de que no escribiría en Agosto sentí una auténtica liberación. Tanta que me abandoné al “no hacer nada” y ni siquiera colgué entradas los últimos días de julio ni me despedí, cosa que tenía pensado hacer.

No creo que fueran tanto mis ideas las que se agotaban (en realidad tenía bastantes post pendientes) como el impulso emocional que me animaba a creer que lo que escribía merecía la pena. Poco a poco fue perdiendo la fe y tomé vacaciones no por falta de temas sino por falta de fuerzas.

Me parece enigmático este asunto de las fe y las fuerzas. Un día llegas a clase y te parece que lo que quieres explicar es importante. Impones silencio, te tomas la clase en serio, crees en lo que haces e intentas hacerlo bien. Algunos días sin embargo, llegas apático, no tienes ganas de nada, te parece aburrido lo que tienes que explicar, no le ves la importancia, te sientes como el encargado de echar sobre alumnos un peso muerto que no se merecen. Y das la clase como puedes... de cualquier manera y porque no te queda más remedio.

Cuando eso te sucede escribiendo un blog pues te ahorras el hacerlo.

4 comentarios:

  1. Es duro, sí señor, llevar un Blog diario, muy duro, exige mucho trabajo (por eso algunos ni lo tenemos ni lo tendremos nunca...), ánimo, lo vas haciendo muy bien, y algunos te seguimos de vez en cuándo, si te gusta y te libera, adelante, sigue así, el comienzo del curso y los nuevos planes de septiembre seguro que se hacen más llevaderos escribiendo tus experiencias.

    No te quejes, que con 2 meses de verano, todavía puedes hacer ese punto de inflexión y diferencia (Julio vs. Agosto). Si tuviese, como casi todos los mortales, 3-4 semanas de vacaciones sólo, ¿cómo lo llevarías?. Siempre te amoldas a lo que tienes, no hay otra solución. Ánimo, que Septiembre en Salamanca es fresquito, y yo sí pongo la mano en el fuego por mi sobrino, ya verás como lo saca todo, y el trabajo del verano mereció la pena.

    Saludos, Jesús

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  2. Gracias por los ánimos, Jesús. Me gustaría que no te equivocaras con respecto a los resultados de mi hijo.

    No quiero pronosticar nada.

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  3. Paso consulta como siempre: burocracia..., más burocracia..., un pesado..., nimios problemas de salud..., alguna gracieta, banalidades... aburrimiento... De pronto, zás: una neumonía. Apareció: fiebre, malestar y auscultación patológica. Sigo la consulta más contento que unas castañuelas y disfruto con la burocracia y con lo que sea. Un tipo sufriendo una neumonía y yo disfrutando de que haya ido a mi consulta. Sorprendente.
    Nota: Cualquier buen médico de familia debería observar que en el texto no trato PERSONAS enfermas sino PATOLOGIAS. A veces cuesta empaparse con la filosofía del asunto.

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  4. En consulta ya no disfruto ni con las enfermedades. ¿Estaré enfermo o me estaré curando?

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