06 julio, 2007

"¿EL PADRE DE KENT ES EL SUEGRO DE BARBIE?" por Viejo Casale

"A veces desayuno en un cafetín minimalista y ligeramente chill-out que hay al inicio de la calle de la Paz, casi bajo la sombra del campanario de St Catalina. Le gusta a mi novia, que tiene un punto naif y soñador que me fascina. Por darle gusto, lo que sea.

Lo cierto es que yo desentono en esa atmósfera de siliconados, gays, metrosexuales y princesitas urbanas con ínfulas. Desde el primer día me sentí cohibido y extrañado en medio de tanta belleza matinal. Yo, que soy ave de chaparral y garitos inmundos.

Poco a poco, no obstante, fui desarrollando una teoría. Una teoria desenfadada sobre la fauna del garito y sus posibilidades. Así que una de esas mañanas opté por elegir a uno de esos fantoches y convertirlo en material de relato. Fue fácil. El candidato que desde un primer instante me tenía subyugado no faltaba ni un solo día a su cita de cafetito express con sacarina y croassan minimal. Enseguida advertí que él era la pieza. Y ya desde el segundo día me volqué en apreciar todas sus peculiaridades.

Le bauticé con el sobrenombre de "el Padre de kent" por su aspecto de madelman canoso y galán maduro en tránsito. Y me especialicé en no perderme ni uno solo de sus gestitos, palabras, miraditas. Pronto deduje que el padre de kent trabajaba cerca. Bien como bancario, bien como agente de seguros. Todo en él irradiaba elegancia. Sus trajes, sus gestos, su mirada. Papá Kent era un seductor y lo mismo coquetebaba con las chicas de la boutique de al lado que con el farlogay de la joyería. Un triunfador papá Kent. Con su melenita aznariana canosa y su bronceado de America´s cup.

Pronto, lógicamente, empezó a coquetear incluso con mi novia, sorprendido quizás de que una fémina como ella pudiera ir acompañada de un gañán como yo. Para entonces, yo ya sabía quién era Papá kent y sólo esperaba el momento adecuado de enseñarle mis credenciales. Al día siguiente me presenté en el bar dispuesto a todo. Allí estaba nuestro héroe, intercambiando confidencias con una compañera. Me senté a su lado y por primera vez le dirigí la palabra. Me miró de arriba abajo y presuponiendo una consulta banal me dedicó una mediosonrisa que entrelazaba desprecio y simpatía: la típica sonrisa de los madridistas, para que nos entendamos.

- díme, ¿qué quieres? me preguntó.

- la verdad es que no sé como empezar. Mire, yo soy guionista y estoy buscando gente anónima para una película.

Pronto, los ojos de Papá Kent mutaron en interés.

- llevo días aquí y usted me parece alguien con muchas posibiliades de convertirse en el hombre que buscamos.
- ¿de veras? preguntó sonriendo y meciéndose la melenita aznariana canosa a un lado.
-ya lo creo. es usted nuestro hombre, sin dudas.

Ya en ese instante, mi convicción y su vanidad le tenían atribulado. Seguro que se veía a si mismo rodeado de glamour y riqueza, o incluso, quien sabe, protagonizando el próximo anuncio de Martini en lugar de G.Clooney.

En ese momento hice ademán de pagar pero Papá Kent lo impidió. Ese, y no otro, era mi gran objetivo, gorronearle, aunque sólo fuera una vez, el desayuno a semejante gilipollas. Fue entonces cuando me preguntó el título de la película. Miré a mi novia, ví su mueca de estar a punto de morirse de risa y solté con toda la seriedad del mundo lo primero que se me ocurrió, que fue, inevitablemente, lo mejor que nunca jamás se me hubiera podido ocurrir:

- la película se titula "¿EL PADRE DE KENT ES EL SUEGRO DE BARBIE?" dije antes de coger la puerta y abrirme preso de un ataque de risa.

Nadie comprendió nada. Pero cuando Papá Kent empezó a reaccionar las luces de la sala ya se habían apagado y nuestro hombre empezaba a comprender que un tsunami de hilaridad recorría sus entrañas.

Ayer volví, pero papá Kent ya no estaba.

Alguien, quizás una de sus siliconadas favoritas preguntó por él.
- Está ensayando para una peli, oí que decía el farlogay de la joyería.
Por lo bajini sonreí. Y por segunda vez me fui sin pagar.
- yo invito, dijo el camarero, pero no volváis más, por favor".
Viejo Casale.



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Es lamentable que lo mejor que se publica aquí no sea mío pero así es la vida. Este pequeño y maravilloso relato es de un comentarista del blog http://www.tierralibertadblogspot.com/. Firma como Viejo Casale (que es un personaje de un cuento de Fontanarrosa) y está publicado, ya os digo, como comentario, el día 5 de julio. Si quereis darle la enhorabuena yo se la haré llegar.


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Mi vecina me habla de un matrimonio que no conozco. “Tienen dos hijas muy diferentes de edades. Una de diecisiete y otra de tres. Ana y Elena. Ana está en una edad graciosísima, está para comérsela.”
“¿Ana es la mayor?” Pregunto.
Mi vecina se ríe. “No, tonto, es la pequeña”.
“Está para comérsela” dijo. ¿Cómo pude equivocarme?

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