tag:blogger.com,1999:blog-19673328.post5995677864649757763..comments2024-02-20T00:30:59.823+01:00Comments on Patatitas Pochas: El blog de Joselu. Loiayirgahttp://www.blogger.com/profile/03720221514819721302noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-19673328.post-68055802442457439372015-03-02T23:02:23.115+01:002015-03-02T23:02:23.115+01:00Agradezco mucho tu respuesta que deja perfectament...Agradezco mucho tu respuesta que deja perfectamente clara tu posición. Te agradezco tu tiempo y tu sinceridad en un tema tan importante. No quiero entrar en polémica en torno a posiciones personales. Agradezco –por tu sinceridad- que compartas esos recuerdos tan dolorosos que cuentas de tu madre. En todo este tema de la religión, quiero decir que respeto lo que tú sientas, el modo como lo vivas y la manera como razones lo que vives. Alguien me explicaba que niños huérfanos que no habían tenido la experiencia amorosa de un padre o una madre, era muy difícil que pudieran entender bien la experiencia religiosa de Dios como padre amoroso. Pero es posible que se trate de psicología barata.<br /><br />Quiero hacer alguna consideración de tipo general sobre el tema, en plan teórico. <br />Dios no tiene problemas (por definición), los que sí los tienen son los hombres. Se considera que las religiones precisamente quieren dar respuestas a esos anhelos humanos (paz, justicia, felicidad, verdad) y sus dioses (sean inventados o reales) vienen a dar satisfacción a esas insatisfacciones. No voy a entrar en la idea del infierno, ligado al sentimiento de culpa del que hablas, que ha sido tu experiencia religiosa con la Iglesia. Pero sí en la del cielo. Entendiendo por cielo algo donde los seres humanos alcanzan plenitud ¿es posible no echar de menos el cielo? Puede que te produzca rechazo un cielo con la Virgen y los Santos y algo así, pero ¿puede alguien no desear que aquellos inocentes que murieron machados por las injusticias vean sus derechos restituidos al fin de la historia? Perdona si a partir de ahora me pongo un poco pedante pero es la respuesta que se me ocurre a tu comentario. Kant consideraba que no podíamos saber nada sobre Dios usando la razón teórica. Sin embargo creía que en el uso de la razón práctica, es decir en el campo de la moral (cuando nos preguntamos qué debo hacer) la existencia de Dios era algo exigido por la vida moral. El hombre justo, el hombre que ha sido honrado no siempre es feliz, puede que muera torturado o vencido. Dios tiene que existir para que la injusticia no quede sin remedio. No podemos demostrar su existencia pero la vida moral exige Alguien que consiga al final unir “el ser” con el “deber ser”. Todo lo anterior según Kant. Para muchos la existencia de los niños inocentes que mueren de hambre es una prueba de que Dios no existe. Es curioso que para Kant es al revés. La injusticia no puede ser definitiva. El mal no puede ser la última palabra. Dios “tiene” que existir para poner un final feliz a todo. La existencia del hombre moral “exige” la existencia de Dios. Así entiendo yo a Dios. Un colofón feliz. Alguien que puede sacar bien definitivo de todo el mal que conocemos. Entendiendolo así, comprenderás que yo sí lo eche de menos y que para mí sea un problema si Él no existe. <br /><br />Tus palabras en algunos momentos, y no sé si me meto donde no me llaman y hablo de cosas íntimas donde debería callar, (si fuera así, perdona) parecen mostrar un dolor profundo. Más que la existencia de un Dios bueno parece que vivieras o hubieras vivido la existencia de un Dios torturador que solo te ha hecho sufrir. Yo también he tenido momentos de dolor en mi vida, pero da la impresión de que el tuyo fuera más hondo y menos pasajero. Lo lamento. <br /><br />Y deja que termine con una pequeña broma. <br />Me quejaba yo de que no reconocieras la autoridad de los grandes personajes de la historia cuando decías que nadie es más grande que nadie. Pero ahora lo entiendo. Si a Dios lo piensas tratar como a un igual… no te digo nada de Juan de la Cruz, Leonardo da Vinci o San Francisco de Asís. Al menos no se puede reprochar incoherencia. <br />:)<br /><br />Por cierto, la oración que citas es muy hermosa. La felicidad si no es compartida con todos se queda pequeña. loiayirgahttp://www.patatitaspochas.blogspot.comnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-19673328.post-51358793709953298792015-03-01T23:24:48.200+01:002015-03-01T23:24:48.200+01:00Mañana te contesto, JoseluMañana te contesto, JoseluLoiayirgahttps://www.blogger.com/profile/03720221514819721302noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-19673328.post-54868674390297526142015-02-28T17:53:02.285+01:002015-02-28T17:53:02.285+01:00En primer lugar darte las gracias por tu atención ...En primer lugar darte las gracias por tu atención y tu dedicación a mi blog y a mi persona. Es cierto que el blog en otro tiempo tenía algún recorrido pero ahora no es muy frecuentado salvo por incondicionales amigos de mil y una batallas. El tiempo de los blogs ha pasado salvo que sean muy pragmáticos y el mío no lo es y el tuyo, de paso, tampoco. Triunfan ahora los blogueros menos reflexivos y más de fórmula, creo. Ya no es época de debates como hace cinco o seis años que entonces eran interesantísimos. <br /><br />En cuanto a que intento contentar a todo el mundo, ójala hubiera podido ser así, pero en mi andadura de casi diez años he tenido sonoros desencuentros y disputas muy agrias que lamento. En este medio todos tenemos nuestro carácter y, como no nos vemos, las palabras son a veces muy peligrosas. He tenido muchos conflictos -no necesariamente ante la audiencia sino por detrás- y eso quiere decir que uno es menos amable y redondo como pudiera imaginarse por tus palabras generosas. <br /><br />Te refieres al día en que me negué a mis cinco años a comer una manzana asada que me repugnaba. Es el día más doloroso de mi vida. Lo he representado en teatro y escrito innúmeras veces como terapia vital. No, no fue un error mío. Fue una monstruosidad por parte de mi madre que gozaba torturándome. No tuve suerte con mi madre, pero supongo que es mejor tenerla que no tenerla. Al fin y al cabo llevé sus cenizas a Cantabria donde ella quería ser aventada. Nada le debo y no guardo de ella ningún recuerdo entrañable. Me imagino que hay muchos que tienen de su madre tiernos recuerdos. Yo no. Y casi, ahora, lo reivindico como una especie de fortuna personal Que la madre de uno no sea ese ser maravilloso que cuentan las historias sino son las de terror. <br /><br />Por lo demás me sorprende que me reproches mi afirmación de no necesitar a Dios. Que lo diga un profesor de filosofía es alucinante. Me recuerda cuando fui a un psiquiatra al que fui para superar el dolor de la vida causado entre otras cosas por el día que mi madre me echó de casa por no querer comerme una manzana asada que me repugnaba. Me preguntó si creía en la Virgen. Yo le dije que no. Y él me dijo, que mal hecho, porque ayuda. Eso me dijo un psiquiatra. <br /><br />Tuve veinte años de relación con Dios y tuve bastante. Tuve formación religiosa, estudié en monjas y curas, participé en eucaristías progresistas, formé parte de Renovación Carismática y me impusieron las manos para transmitirme inútilmente el Espíritu Santo. Dios desde mi infancia solo era una fuente de culpa. Así que a los veintiún años, creo recordar, en uno de los momentos estelares de mi vida, tras haber leído a Thomas Merton y Teilhard de Chardin (que me entusiasmaba) tomé la decisión de decir no. No necesitaba a Dios para vivir. Y desde entonces no lo he añorado. Eso no quiere decir que no sea religioso, que no rece en capillas románicas, que no haya practicado budismo zen durante años. No. Dios, no gracias. Si existiera y yo fuera su hijo (cosa que dudo) le miraría a los ojos y le diría este soy yo. Un hombre que ha sufrido pero lo ha intentado por todos los medios. No te debo sumisión ni voy a prosternarme delante de ti. Me considero tu igual. Participo del universo. <br /><br />Algo me atrae del budismo zen y es que hay una oración que rezamos en las ceremonias en que el bodishatba renuncia a entrar en el Nirvana hasta que TODOS Y CADA UNO DE LOS SERES QUE EXISTEN puedan entrar también. No hay nada tan miserable que la idea del infierno. Un ser que hubiera urdido un lugar como el que nos han contado de castigo infinito por todos los eones tiene que ser un hijo de puta. Eso es lo que yo llamaba a Dios antes de mi primera comunión a los seis años. <br /><br />No, no necesito a Dios y si existe ese es su problema. <br /><br />Un abrazo, espero haber sido claro en mi comentario. Joseluhttps://www.blogger.com/profile/09447569724597290732noreply@blogger.com