La sabiduría de la aceptación.
Sería gran sabiduría aceptar mi pequeñez. Creo que desde niño, he tenido una visión demasiado optimista del ser humano. Una visión angelical. Luego me fui conociendo a mí mismo y a los demás y fui descubriendo que somos bastante mezquinos. Pero debe ser que esto no me lo termino de creer, porque siempre siento la esperanza de escapar de esa mezquindad. Y a veces en mi estupidez hasta creo que lo hago. Hoy ya solo aspiro a aceptar ser quien soy. Pero es rara esta aceptación de mi “miseria”. No se trata de convertirse en cínico y dedicarse a ser “malos”. No hay sabiduría en eso sino amargura. Se trataría de intentar ser “buenos” y al mismo tiempo aceptar el pobre resultado y lo vano de nuestra lucha. El objetivo ha de ser no odiarnos a nosotros mismo por no poder escapar de nuestra condición. Si consiguiéramos amarnos como somos creo que nos sería fácil amar a los otros.
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