15 junio, 2016

Las ruinas y la educación.

Algún arquitecto hacía los edificios pensando en las ruinas. Pensando en la posteridad construía determinadas partes más sólidas para que resistieran incólumes el paso de los años.

Mi padre decía que la cultura que uno tiene es lo que queda tras olvidar lo que se aprendió.
La educación tenía que estar planeada pensando en las ruinas.

Me preocupa qué quedará de las clases en mis alumnos. Me gustaría pensar que existe un tronco y algunas ramas, que permanecerán cuando todas las hojas hayan desaparecido. También me gustaría haber creado en ellos algunas perchas de las que poder colgar conocimientos nuevos que la vida les traerá.

Pero soy escéptico. (Al último al que oí decir lo de que nuestra asignatura enseña a pensar fue a un compañero de filosofía que dicta apuntes en clase.) 


Sé que para algunos alumnos,  lo que enseñamos es como la luz, pasa a través del cristal sin romperlo ni mancharlo. Ni rastro deja. Seguramente somos nosotros los que no sabemos hacerlo. Pero nos gustaría poder echarles la culpa a ellos. También tienen parte de la culpa.

Hoy he cogido a otra alumna copiando. 

1 comentario:

  1. He salido dos días con mis alumnos que están realizando un crédito de síntesis. Son chicos de tercero de ESO. Es curioso pero en estas salidas se han hilvanado conversaciones densas e interesantes entre ellos y los dos profesores que les acompañábamos. Ya me gustaría que en clase pudiera hablarse de estos temas y que ellos pudieran mostrar el interés que han mostrado en la conversación informal en el metro o en el parque. La dinámica de las clases suele ser muy negativa. Ellos están cohibidos por el factor grupo y los profesores no solemos distinguirnos por hacer las materias interesantes o que ofrezcan algo para incorporar a sus vidas. Por eso, en el último año no he explicado prácticamente nada en el aula. No sé si algo les quedará. Me he enterado hoy que una compañera muy estimada por mí continuará con ellos el año que viene. Es muy creativa y los alumnos la quieren mucho. Hay otro profesor que debe ser bueno, pero es el otro polo de mi didáctica. Me ha encantado que Sonia los recoja en cuarto y siga con ellos. Es una generación a la que tengo mucho afecto. Creo que este año han aprendido cosas que no olvidarán. Pero eso el tiempo lo pone todo en su lugar. Cada profe tiene algo bueno aunque sean de estilos muy distintos.

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